Al caer la tarde en el centro de la
plaza de Roma empiezan a reunirse una cierta cantidad de hombres quienes
impulsados por la curiosidad aguardan inquietantemente la llegada de los indios
del nuevo mundo. Filóteo y su discípulo Fronéo se encuentran a la espera de
conocer estos seres extraños, su objetivo es lograr cruzar algunas palabras con
los amerindios pues consideran que ellos poseen los secretos que los acercaran
al infinito de los mundos. En ese justo momento se cruzan con Techneo con quien,
hace algunos días habían conversado muy enardecidamente acerca de la materialidad
y unidad del universo.
Techneo:
Que
grato encuentro veros a ustedes de nuevo, este tropiezo no hace otra cosa que
exaltar mi afirmación sobre la finitud del universo pues siempre nos
encontramos con los mismos sujetos en un mismo lugar.
Filóteo:
Mi querido Techneo no confundáis la casualidad con la extensión bien sabéis que
son dos cosas muy diferentes. Pero tomare tu comentario cómo apertura a nuestra
inacabada conversación que muy agitados
nos ha dejado días atrás.
Fronéo:
¿Quieres repetirnos, Techneo, lo que afirmabas cuando hablabas de la
finitud del universo?
Techneo: Sera
un placer retornar a ello, pues bien, mi opinión no fue otra que negar la
teoría del infinito mundo, afirme que un
cuerpo infinitamente calculable no podía ser pensado ni como acto ni como
forma, como lo afirmaba Filóteo, ni mucho menos estar compuesto por otros
cuerpo eternamente finitos, ya que una cosa compuesta nunca es infinita por el
contrario es medible según su extensión. Por ejemplo, el lugar y el cuerpo se
corresponden entre sí porque poseen un lugar
en el espacio como arriba o abajo y estos dos elementos no pueden
pensarse fuera de un lugar sin límites porque son elementos corpóreos por lo
tanto medibles y finitos. Siguiendo las palabras del maestro Aristóteles: “es
imposible que lo infinito este separado de las cosas sensibles porque si lo
infinito mismo no fuera una magnitud ni pluralidad, sino substancia, sería
entonces indivisible”[1]. Este es mi argumento, inacabado por el momento, sin más, concedo la
palabra a Filóteo, quien me divierte escuchar, pues su filosofía es producto de
una exaltada fantasía ideología sacada de quien sabe dónde.
Filóteo: Con
más modestias mí querido Techneo, ¿qué pensarías si la verdad al final te
convenciere?
Techneo: La
verdad es sólo una y puesta sobre la mesa se encuentra, no busco el origen de
lo verdad en sofismos religiosos que crecen como la mala yerba sin raíces firmes
donde sostenerse, la realidad del mundo está en la experiencia con lo posible,
firme estoy en la creencias de los sentido como fuente de conocimiento. Lo real
es el lugar que ocupamos en el espacio aquello que logramos percibir con
nuestros ojos y tocar con nuestras manos.
Filóteo: Pero
mi querido amigo, no ofuscáis ante mis palabras, gratísimo será para mí
explicaros de nuevo mi teoría. De acuerdo estoy en que los sentidos nos
cercan hacia el conocimiento pero no a la absoluta verdad ¿por
qué quien puede ver con los ojos toda la dimensión de lo finito? La justa razón
no se sostiene únicamente en la percepción de lo que ve, el intelecto opera
continuamente en la elección del juzgar y dar sentido al universo habitado, la
verdad que proviene de los sentidos es
tan debilidad como la afirmación de tus argumentos.
Techneo: Entonces
di nos para qué nos sirve los sentidos.
Filóteo: Para
excitar la razón solamente[2] para
escapar del esfuerzo por conocer la realidad de lo que no podemos ver, si más
reparos para alejarnos de la posibilidad de conocer lo infinito.
Fronéo: ¿No
os parece bien amigos que, prosiguiéramos esta disputa, el discurso regrese al
propio tiempo a su origen, a fin que después podamos seguir edificando sin
estorbos sobre un fundamento firme?[3]
Techneo: Excelente,
deseoso estoy por escuchar que fantasmas que inauditos mundos nos mostrará
Filóteo.
Filóteo: Una
vez que hayáis mirando con el ojo del entendimiento y examinado bien con los
sentido entenderás el principio universal de las cosas.
Fronéo:
Pues bien, tú Filóteo, vuestros
argumentos niega la inmovilidad de los cuerpos y concedes a la materia como
principio y unidad entre acto y potencia, intentas dar cuenta de la totalidad del cosmos
a través de la unidad y afirmas además que el movimiento del universo todo lo
cambia encontrándose siempre en un constante devenir de sí mismo, en una eterna
corriente de inmovilidad creadora.
Filóteo:
Así es Fronéo, has mostrado con inteligencia mis mayores argumentos, continuare,
si me lo permites, con algunos presupuestos
que nos ayudaran a comprender con claridad la posibilidad de un infinito mundo.
Os pregunto ¿no es así, que la tierra no
puede sostenerse en el vació o andar por los limbos de la nada, no es acaso
está la causa por la cual el hombre le ha concebido un lugar que la sostenga
llamado cosmos?
Techneo:
De acuerdo estoy con tu afirmación, no objetare nada al respecto.
Filóteo:
por lo tanto, eso que llamamos Universo
no es acaso el principio que sostiene todos los cuerpos del espacio
aquel que rige la sincronía con las esferas celestes que componen el Universo
es ella causa creadora de infinitos mundos e infinitos movimientos, sin más reparo te invito mi querido Techneo a
usar la buena razón para así ver más que sombras en el eterno cosmos.
Techneo: pues
bien, debo admitir que tus palabras han hecho despertar mi curiosidad, así que
quiero saber algo más cómo es que el Universo siendo eterno e calculable pueda
estar compuesto por otros cuerpos finitos como la tierra.
Fronéo: Yo
os también agradecería que explicaras como comprender esto de ser:
totalidad, causa primera eso que llamas
absoluto o alma del mundo[4].
Filóteo:
Intentare dar cuenta de la posibilidad de la materia infinita, recordemos que
mi afirmación se sostiene en defender el movimiento circular del universo cuyo
movimiento se encuentra en todas partes a esto lo llamo principio cósmico
entendido como un devenir continuo que se desplaza siempre en su mismo eje,
siendo principio y finalidad a la vez, así mismo reconozco que la materia se
encuentra animada por un alma del mundo cuyo
centro sostiene la infinitud de las constelaciones
creadas en su eterna movilidad, debemos pensar esta alma como una divinidad o espíritu que nos brinda el entendimiento
universal de todo lo que pensamos o sentimos[5]. Así que, la materia no debe ser tomada como
una potencia pura sino como un cuerpo infinito con la posibilidad de crear infinitos
mundos en un espacio igualmente infinito. He aquí pues, que tanto la tierra
como los demás cuerpos celestes se mueven por un principio intrínseco que es su
propia alma y este espíritu no es solo sensitivo (finito) sino intelectual
(infinito)[6].
Fronéo: ¿Y
cómo piensas tu esta infinitud, como una infinitud que se genera en el tiempo y
por lo tanto su naturaleza es imperfecta o como una infinitud absolutamente
presente perfecta en sí misma?
Filóteo:
La segunda sin duda.
Techneo: Llamas
principio a todo aquello que produce movimiento y dices que la materia es causa
y potencia a la vez, y que entre ellas existe una llamada unidad cósmica que vivifica la acción de lo corporal.
Filóteo: Me
alegra ver como mis palabras te hacen razonar de aquello que antes no podías ni
negar, ciertamente, todo lo finito tiene, en cuanto tal, el fundamento de su
existencia no en sí mismo sino necesariamente fuera de sí, es decir, en lo
infinito; así que el universo contiene infinitos mundos y es infinitamente
imperfecta desde su dualidad[7], a
hora ves mi querido Fronéo la razón por la cual esta doctrina es ideal, no
porque determine lo real (materia) sino por establecer como identidad la
oposición, esto es, concebir la causa y potencia como un todo en el universo.
Fronéo: Por
otro lado, tu Techneo afirmabas el otro día, la inmovilidad del primer
moviente, si mal no recuerdo nos has dicho que el centro del universo se
encuentra en reposo, explícanos más sobre esto.
Techneo:
pues bien, mi teoría consiste en afirmar la centralidad del universo llamado
también primer principio cuyo movimiento es animado por la voluntad más no por
la continuidad de infinitos movimientos, es decir, su circularidad no se presenta como una
infinitud cuyo principio se pierde en la circunferencia misma. Este argumento
se puede formular también de la siguiente manera, “todo moviente mueve algo y
lo mueve por medio de algo, pues el moviente mueve por su propia acción o
mediante otra cosa nunca es movido por nada porque si lo fuera se sumiría en un
absurdo devenir, por lo tanto, si lo que se mueve es movido, habrá que
detenerlo y no proceder hasta el infinito”.[8]
Filóteo: ¡Pero
cómo es posible! que el principio mueva toda la circunferencia sin ser movido
por ninguno otro cuerpo, tratas de explicar sin fundamentos el rechazo de la
infinitud del universo pero tú mismo te sentirás muy desconcertado para
hacernos entender como una cosa corpórea puede existir sin movimiento, por mi
parte afirmo que el mundo es una materia llamada cosmos y es ella misma unidad
y circunferencia que nos permiten pensar lo imposible como posibilidad, esto es, la movilidad eterna
del universo.
Techneo:
Los dioses me libren en admitir esto seriamente.
Fronéo: Callad
amigos, mirad lo que pasa en el centro de la plaza, el ejército romano ha ordenado
alejarnos, se rumora que uno de los esclavos indios ha escapado.
En medio de la revuelta por el
anuncio de fuga, Techneo desaparece entre la multitud, Filóteo y Fronéo se
apresuran en llegar a casa pues el ambiente se ha puesto rígido por la
presencia de los soldados. Desaminados por no lograr contacto con los extraños
hombres del nuevo mundo de quienes coronistas y guerreros hablan tan
apasionadamente, se aproximan a sus aposentos. Sin embargo muy cerca de su
hogar Filóteo percibe un misterioso brillo
que sale por entre la oscuridad de una callejuela, al aproximarse ve a un
hombre con extrañas vestimentas y metales preciosos tratando de liberarse de las
cadenas. Sin más reparos los dos
filósofos se acercan a ayudarlo.
Filóteo: vuestro
saludo concibo a usted hombre de tierras extrañas, espero recibirlo y ser un
buen anfitrión esta noche.
Machi: Lo
gradezco señor.
Fronéo: ¡Pero…!
¡Cómo es que conoces nuestra lengua, eres acaso un ser de este mundo! ¿De dónde
vienes decidnos? Háblanos de ese Mundo hallado por Don Cristóbal Colón.
Decidnos que es el Universo.
Filóteo:
No sofocáis con preguntas a nuestro invitado, dad primero de comer y de beber, ya tendremos un
par de horas para hablar con él, la noche nos ha regalado una gran fortuna se
han alineado los astros para contarnos lo secreto.
Pero
como hablaba yo antes, siéntase en
vuestra casa, señor, daremos vino y comida esta noche, pero ahora decidnos cómo es qué conoces vuestra
lengua es acaso magia lo qué usáis.
Machi: Algunas
noches atrás se me revelo en sueños la magnitud del mundo yo la recorría desde
lo más alto del cosmos de Este a Oriente de Norte a Sur mientras sentía y veía como
soles y estrellas giraban a mí al rededor. Y al despertad de tan insólitos sueño
yo en otra lengua hablaba.
Fronéo: Pero
qué cosas más fantásticas vos decís señor, sus palabras han alterado mi razón y ansioso me encuentro por conocer más
sobre su mundo, espero no incomodarlo con mis preguntas, pero en este momento
mi deseo supera la discreción. Ahora hablamos de ese misterio llamado por usted
revelación, damos a conocer el significado de lo sagrado y de lo infinito.
Machi:
Bien, en ese mismo sueño logre ver en el interior de la tierra cuatro puntos, cada
uno marcaba la división del mundo en dos perfectas partes que se encontraban en
sentidos contrarios formando cuatro esquinas perfectas[9] en
la que recorrían sincrónicamente soles y estrellas. Esto fue lo que soñé.
Filoteo: Aunque
esto no me parece del todo incomprensible, te ruego que prosigáis con tus
palabras, pues pertenece a las cosas más oscuras que no se captan a primera
vista y el misterio se ha manifestado ante nuestros ojos.
Machi:
Después de tan extraños pensamientos al día siguiente camine hasta llegar a lo
más alto del cerro y al contemplar la inmensidad de la naturaleza toda llena de
árboles y praderas que se extendía a lo
largo del horizonte, pude descifrar mi sueño. Los dioses me han regalado en la
noche el poder de observar desde arriba mi pronto centro, me han mostrado la
luz (bien) y la oscuridad (mal) en un movimiento que viajaba circularmente
desde el Este hasta el Norte en una continua elipse que todo lo rodea.
Fronéo: Dices
que el mundo está dividido en dos grandes partes creando cuatro puntos sobre la
tierra, mencionas que el movimiento de dicho cuerpo es circular y dices que
este movimiento inicia en el lado Este de la tierra para finalizar en el Norte,
según esto el sol viaja por el día de Este a Oeste y por la noche de Oeste a
Este, es decir, por debajo de la tierra y contra las manecillas del reloj[10]
Machi:
Te lo explicare, nuestra dualidad corresponde a un orden empírico y
trascendental en el que cada punto de dicha división esta asociados a un orden
jerárquico guiado respectivamente por la oposición del bien y del mal[11], este
orden lo asociamos con la horizontalidad del espacio que permite a división del
mundo. Por esta razón, creemos que cada movimiento nos revela el destino que se
nos aproxima, pues bien, cuando estamos en el lado Este y nos desplazamos hacia
Sur desciframos buena temporada de cosechas y fortuna, pero cuando su movimiento
se orienta en el punto Oeste y Norte, la tempestad se asecha dejando daño y
muerte para nuestro pueblo. Así fue que la naturaleza me hablo aquel día en la
montaña, e inspirado por el susurro de
sus palabras dibuje los enigmáticos secretos.
Filóteo:
Nada puedo oponerme a esto después que me has envuelto en esta argumentación de
tan exaltada inteligencia, nunca había yo escuchado a ningún hombre hablar algo
tan único como esto, nos has dicho que
el movimiento del cosmos se asocia con los males y fortunas que tiene los
hombres y mujeres a lo largo de sus vidas,
además que dicha teoría es sostenida por la experiencia empírica que tienen
ustedes con la naturaleza; seriamente es algo nuevo para mí, pero aun así, me
queda algunas dudas que no logro reparar, cree usted que el cosmos es infinito
en su horizontalidad y que todos los
cuerpos celestes que giran a su alrededor se encuentran animados por un principio llamado Universo.
Machi:
Sí con infinito te refieres a lo terno y sagrado que no tiene medida pero sí un
espacio, de acuerdo estoy con el razonamiento, para nosotros la tierra y el
cosmos es una misma materialidad pues Las
hojas son como la tierra. Igual como el campo. Así mismo creemos que todo
estamos aquí, en un perfecto vínculo con la naturaleza que rodea cada parte
de nuestra existencia. Justo ahora al escuchar mis palabras ha llegado a mi
cabeza las enseñanzas del Machi más
anciano de nuestro pueblo, él nos hablaba así:
“En
estas cuatro hojas creo de que todo hay. Cuando lo largan a uno, lo dan y allá
está el embudo que los da, que nos mantiene a nosotros. Si hay un embudo que
los da los granos, que lo’ da lo’ porotos, que lo’ da lo’ animales. Allá arriba
creo que está todo. Allá arriba todo está en igualdad se encuentra un Mapu abundante, por eso tenemos que
rogar arriba para que aquí llegue… y los
que viven aquí manejen el animal, maneje la herramienta para defenderse,
manejen el Kimün ( sabiduría) para que a
uno le den una sabiduría necesaria : una herramienta para los males futuros”[12]
Fronéo:
Ese anciano a quien recuerdas, habló así para ti indicando los cielos como un
Edén que reserva las dichas pérdidas para los hombres, ese a quien tú has
llamado con el nombre de Machi habla como un mensajero de Dios quien todo lo
conoce quien todo lo ve, ¿es acaso un hombre o un ser de otro mundo? hablamos
querido maestro, de ese arriba donde prosperidad y abundancia revela, dimos
como es eso de vivir en armonía con el mundo.
Machi:
Nací destinado a recibir todas sus enseñanzas,
recorrí por mucho tiempo junto a él las montañas y desiertos de todo mi
territorio. En cada viaje la madre naturaleza dialogaba con nosotros y nos
contaba dichosa sus más íntimos secretos, aprendí a comunicarme con seres que
no habitan este mundo y después de años de
conocimientos ellos me hablaron por días así: “Antes del diluvio Mapuche, hubo
otras humanidades a las que el divino maestro transmitió el conocimiento
espiritual cuando acaeció la catástrofe cósmica algunos depositarios de esta
tradición se refugiaron en la cima del monte Trengtreng y preservaron ese
conocimiento, cuando las aguas bajaron ellos continuaron siendo depositario de
este saber ellos son conocidos como los Machis. Pero al trascurrir del tiempo que ya está
próximo, tu pueblo empezará a degradarse (no por fruto de algún pecado
original, sino por la simple ley natural de que: todo nace puro y a medida que
se aleja de su origen se degrada, corrompe y finalmente muere)”[13]
Esas
palabras bestiales y delirantes se han hecho realidad, vivo un sueño anunciado
por los ancestros que como epifanías me han mostrado el futuro. Nuestro pueblo
vive el ocaso de sus ídolos el planeta se ha detenido en el lado Oeste del
cosmos y malas cosechas y muerte se expande por el camino, ahora lejos estoy de
mi tierra y ausentes se encuentran mis dioses. Yo desperté un día hablando la
lengua del enemigo y al deslumbrar el horizonte todo lleno de abundancia y
calor, vi a lo lejos acercarse la muerte en grandes botes de madera todos
llenos de hombres tan extraños como vosotros.
Un inmenso silencio se extendió por
el lugar al finalizar las palabras el Machi, los dos filósofos enmudecidos
quedaron al escuchar tan insólita revelación, sus rostros estaban inmóviles
como sumidos en una profunda reflexión.
De momento se escucha el cabalgar de los caballos del ejército romano
aproximarse. Entonces Filóteo sirve la última copa de vino a su invitado y dice:
Filóteo: Tus
palabras han hecho que mi corazón altere sus movimientos, aunque la fascinación
no me haya permitido captar plenamente vuestro espíritu. Por el rayo que emite
me doy cuenta que dentro se esconde un sol o una luminaria más grande todavía,
y que de hoy en adelante no con deseo de superar vuestra capacidad sino con el
propósito de brindar explicación a vuestras palabras, volveré a interrogaros,
si os dignaréis permitir de nuevo una reunión tantos días como fueren
necesarios para oír y entender los suficiente para aquietar nuevamente mi
espíritu por completo.[14]
Conclusión
El
siguiente trabajo tuvo la finalidad de recuperar el estilo ensayístico del
diálogo como mecanismos para resaltar desde la narración literaria las
diferentes posturas que giran en torno a la pregunta por el cosmos. Hemos mostrado
la dicotomía entre la filosofía aristotélica y la teoría bruniana, tomando como
punto de discusión el problema por el infinito. Así mismo nos embarcamos por
las corrientes cosmológicas del pueblo Mapuche para identificar similitudes y
diferencias con el pensamiento renacentistas del siglo XVI, hemos situamos a la
figura del Machi en un contexto medieval que nos permitió resaltar el carácter
de realidad del personaje dentro del diálogo. Por último, consideró que un
análisis como esté abre una útil perspectiva para repensar nuevamente la
valides epistemológica de las creencias mítico-religiosas de nuestros pueblos
originarios de América, siguiendo las palabras del poeta mexicano Octavio paz: “hoy
más que nunca es preciso soñar con nuestros pueblos indígenas, soñar juntos
sueños que se desensueñen y en la materialidad se encarnen en la palabra del
verso” (1950, p.99), por lo tanto, cada parte del presente escrito fue una
urdimbre de sueños que se fue tejiendo para acercarnos a la posibilidad de lo
imposible.

[1] (Aristóteles,
1995, p.93)
[3] (Schelling, 1985, p. 5)
[4] Este
término lo toma Bruno para referirse al animismo del Universo
[5] También
entendida como unidad cósmica que se compone de tres acciones que son: el hace,
el querer y el pensar (2016)
[6][6]
(Bruno, 1895, p. 10)
[7] (Schelling,
1985, p. 18)
[8] Aristóteles, 1995, p. 288
[9] De
acuerdo con Mircea Eliade ( 1985) “La división del universo en cuatro sectores corresponde a la división
del universo en cuatro horizontes a partir de un punto central llamado Imago mundi”
[13] (Aukanaw,
La ciencia secreta de los mapuches, p.7)