domingo, 30 de junio de 2019

Diálogo sobre la infinitud del Universo.



Al caer la tarde en el centro de la plaza de Roma empiezan a reunirse una cierta cantidad de hombres quienes impulsados por la curiosidad aguardan inquietantemente la llegada de los indios del nuevo mundo. Filóteo y su discípulo Fronéo se encuentran a la espera de conocer estos seres extraños, su objetivo es lograr cruzar algunas palabras con los amerindios pues consideran que ellos poseen los secretos que los acercaran al infinito de los mundos. En ese justo momento se cruzan con Techneo con quien, hace algunos días habían conversado muy enardecidamente acerca de la materialidad  y unidad del universo.

 Techneo: Que grato encuentro veros a ustedes de nuevo, este tropiezo no hace otra cosa que exaltar mi afirmación sobre la finitud del universo pues siempre nos encontramos con los mismos sujetos en un mismo lugar.

Filóteo: Mi querido Techneo no confundáis la casualidad con la extensión bien sabéis que son dos cosas muy diferentes. Pero tomare tu comentario cómo apertura a nuestra inacabada conversación  que muy agitados nos ha dejado días atrás.

 Fronéo: ¿Quieres repetirnos, Techneo, lo que afirmabas cuando hablabas de la finitud del universo?

Techneo: Sera un placer retornar a ello, pues bien, mi opinión no fue otra que  negar  la teoría del  infinito mundo, afirme que un cuerpo infinitamente calculable no podía ser pensado ni como acto ni como forma, como lo afirmaba Filóteo, ni mucho menos estar compuesto por otros cuerpo eternamente finitos, ya que una cosa compuesta nunca es infinita por el contrario es medible según su extensión. Por ejemplo, el lugar y el cuerpo se corresponden entre sí porque poseen un lugar  en el espacio como arriba o abajo y estos dos elementos no pueden pensarse fuera de un lugar sin límites porque son elementos corpóreos por lo tanto medibles y finitos. Siguiendo las palabras del maestro Aristóteles: “es imposible que lo infinito este separado de las cosas sensibles porque si lo infinito mismo no fuera una magnitud ni pluralidad, sino substancia, sería entonces indivisible”[1].  Este es mi argumento,  inacabado por el momento, sin más, concedo la palabra a Filóteo, quien me divierte escuchar, pues su filosofía es producto de una exaltada fantasía ideología sacada de quien sabe dónde.

Filóteo: Con más modestias mí querido Techneo, ¿qué pensarías si la verdad al final te convenciere?

Techneo: La verdad es sólo una y puesta sobre la mesa se encuentra, no busco el origen de lo verdad en sofismos religiosos que crecen como la mala yerba sin raíces firmes donde sostenerse, la realidad del mundo está en la experiencia con lo posible, firme estoy en la creencias de los sentido como fuente de conocimiento. Lo real es el lugar que ocupamos en el espacio aquello que logramos percibir con nuestros ojos y tocar con nuestras manos.

Filóteo: Pero mi querido amigo, no ofuscáis ante mis palabras, gratísimo será para mí explicaros de nuevo mi teoría. De acuerdo estoy en que los sentidos nos cercan  hacia el  conocimiento pero no a la absoluta verdad ¿por qué quien puede ver con los ojos toda la dimensión de lo finito? La justa razón no se sostiene únicamente en la  percepción  de lo que ve, el intelecto opera continuamente en la elección del juzgar y dar sentido al universo habitado, la verdad que  proviene de los sentidos es tan debilidad como la afirmación de tus argumentos.

Techneo: Entonces di nos para qué nos sirve los sentidos.

Filóteo: Para excitar la razón solamente[2] para escapar del esfuerzo por conocer la realidad de lo que no podemos ver, si más reparos para alejarnos de la posibilidad de conocer  lo infinito.

Fronéo: ¿No os parece bien amigos que, prosiguiéramos esta disputa, el discurso regrese al propio tiempo a su origen, a fin que después podamos seguir edificando sin estorbos sobre un fundamento firme?[3]

Techneo: Excelente, deseoso estoy por escuchar que fantasmas que inauditos mundos nos mostrará Filóteo.

Filóteo: Una vez que hayáis mirando con el ojo del entendimiento y examinado bien con los sentido entenderás el principio universal de las cosas.

Fronéo: Pues bien, tú Filóteo,  vuestros argumentos niega la inmovilidad de los cuerpos y concedes a la materia como principio y unidad entre acto y potencia,  intentas dar cuenta de la totalidad del cosmos a través de la unidad y afirmas además que el movimiento del universo todo lo cambia encontrándose siempre en un constante devenir de sí mismo, en una eterna corriente de inmovilidad creadora.

Filóteo: Así es Fronéo, has mostrado con inteligencia mis mayores argumentos, continuare, si me lo permites,  con algunos presupuestos que nos ayudaran a comprender con claridad la posibilidad de un infinito mundo. Os  pregunto ¿no es así, que la tierra no puede sostenerse en el vació o andar por los limbos de la nada, no es acaso está la causa por la cual el hombre le ha concebido un lugar que la sostenga llamado cosmos?

 Techneo: De acuerdo estoy con tu afirmación, no objetare nada al respecto.

Filóteo: por lo tanto, eso que llamamos Universo  no es acaso el principio que sostiene todos los cuerpos del espacio aquel que rige la sincronía con las esferas celestes que componen el Universo es ella causa creadora de infinitos mundos e infinitos movimientos,  sin más reparo te invito mi querido Techneo a usar la buena razón para así ver más que sombras en el eterno cosmos.

Techneo: pues bien, debo admitir que tus palabras han hecho despertar mi curiosidad, así que quiero saber algo más cómo es que el Universo siendo eterno e calculable pueda estar compuesto por otros cuerpos finitos como la tierra.

Fronéo: Yo os también agradecería que explicaras como comprender esto de ser: totalidad,  causa primera eso que llamas absoluto o alma del mundo[4].

Filóteo: Intentare dar cuenta de la posibilidad de la materia infinita, recordemos que mi afirmación se sostiene en defender el movimiento circular del universo cuyo movimiento se encuentra en todas partes a esto lo llamo principio cósmico entendido como un devenir continuo que se desplaza siempre en su mismo eje, siendo principio y finalidad a la vez, así mismo reconozco que la materia se encuentra animada por un alma del mundo cuyo centro sostiene la infinitud de  las constelaciones creadas en su eterna movilidad, debemos pensar esta alma como una divinidad o espíritu que nos brinda el entendimiento universal de todo lo que pensamos o sentimos[5].  Así que, la materia no debe ser tomada como una potencia pura sino como un cuerpo infinito con la posibilidad de crear infinitos mundos en un espacio igualmente infinito. He aquí pues, que tanto la tierra como los demás cuerpos celestes se mueven por un principio intrínseco que es su propia alma y este espíritu no es solo sensitivo (finito) sino intelectual (infinito)[6].

Fronéo: ¿Y cómo piensas tu esta infinitud, como una infinitud que se genera en el tiempo y por lo tanto su naturaleza es imperfecta o como una infinitud absolutamente presente perfecta en sí misma?

Filóteo: La segunda sin duda.

Techneo: Llamas principio a todo aquello que produce movimiento y dices que la materia es causa y potencia a la vez, y que entre ellas existe una llamada unidad  cósmica que vivifica la acción de lo corporal.  

Filóteo: Me alegra ver como mis palabras te hacen razonar de aquello que antes no podías ni negar, ciertamente, todo lo finito tiene, en cuanto tal, el fundamento de su existencia no en sí mismo sino necesariamente fuera de sí, es decir, en lo infinito; así que el universo contiene infinitos mundos y es infinitamente imperfecta desde su dualidad[7], a hora ves mi querido Fronéo la razón por la cual esta doctrina es ideal, no porque determine lo real (materia) sino por establecer como identidad la oposición, esto es, concebir la causa y potencia como un todo en el universo. 

Fronéo: Por otro lado, tu Techneo afirmabas el otro día, la inmovilidad del primer moviente, si mal no recuerdo nos has dicho que el centro del universo se encuentra en reposo, explícanos más sobre esto.

Techneo: pues bien, mi teoría consiste en afirmar la centralidad del universo llamado también primer principio cuyo movimiento es animado por la voluntad más no por la continuidad de infinitos movimientos, es decir, su  circularidad no se presenta como una infinitud cuyo principio se pierde en la circunferencia misma. Este argumento se puede formular también de la siguiente manera, “todo moviente mueve algo y lo mueve por medio de algo, pues el moviente mueve por su propia acción o mediante otra cosa nunca es movido por nada porque si lo fuera se sumiría en un absurdo devenir, por lo tanto, si lo que se mueve es movido, habrá que detenerlo y no proceder hasta el infinito”.[8]

Filóteo: ¡Pero cómo es posible! que el principio mueva toda la circunferencia sin ser movido por ninguno otro cuerpo, tratas de explicar sin fundamentos el rechazo de la infinitud del universo pero tú mismo te sentirás muy desconcertado para hacernos entender como una cosa corpórea puede existir sin movimiento, por mi parte afirmo que el mundo es una materia llamada cosmos y es ella misma unidad y circunferencia que nos permiten pensar lo imposible  como posibilidad, esto es, la movilidad eterna del universo.

Techneo: Los dioses me libren en admitir esto seriamente.

Fronéo: Callad amigos, mirad lo que pasa en el centro de la plaza, el ejército romano ha ordenado alejarnos, se rumora que uno de los esclavos indios ha escapado.  

En medio de la revuelta por el anuncio de fuga, Techneo desaparece entre la multitud, Filóteo y Fronéo se apresuran en llegar a casa pues el ambiente se ha puesto rígido por la presencia de los soldados. Desaminados por no lograr contacto con los extraños hombres del nuevo mundo de quienes coronistas y guerreros hablan tan apasionadamente, se aproximan a sus aposentos. Sin embargo muy cerca de su hogar  Filóteo percibe un misterioso brillo que sale por entre la oscuridad de una callejuela, al aproximarse ve a un hombre con extrañas vestimentas y metales preciosos tratando de liberarse de las cadenas. Sin más reparos  los dos filósofos se acercan a ayudarlo.

Filóteo: vuestro saludo concibo a usted hombre de tierras extrañas, espero recibirlo y ser un buen anfitrión esta noche.

Machi: Lo gradezco señor.

Fronéo: ¡Pero…! ¡Cómo es que conoces nuestra lengua, eres acaso un ser de este mundo! ¿De dónde vienes decidnos? Háblanos de ese Mundo hallado por Don Cristóbal Colón. Decidnos que es el Universo.

Filóteo: No sofocáis con preguntas a nuestro invitado, dad  primero de comer y de beber, ya tendremos un par de horas para hablar con él, la noche nos ha regalado una gran fortuna se han alineado los astros para contarnos lo secreto.

Pero como hablaba yo antes,  siéntase en vuestra casa, señor, daremos vino y comida esta noche,  pero ahora decidnos cómo es qué conoces vuestra lengua es acaso magia lo qué usáis.

Machi: Algunas noches atrás se me revelo en sueños la magnitud del mundo yo la recorría desde lo más alto del cosmos de Este a Oriente de Norte a Sur mientras sentía y veía como soles y estrellas giraban a mí al rededor. Y al despertad de tan insólitos sueño yo en otra lengua hablaba.

Fronéo: Pero qué cosas más fantásticas vos decís señor, sus palabras han alterado mi  razón y ansioso me encuentro por conocer más sobre su mundo, espero no incomodarlo con mis preguntas, pero en este momento mi deseo supera la discreción. Ahora hablamos de ese misterio llamado por usted revelación, damos a conocer el significado de lo sagrado y de lo infinito.

 Machi: Bien, en ese mismo sueño logre ver en el interior de la tierra cuatro puntos, cada uno marcaba la división del mundo en dos perfectas partes que se encontraban en sentidos contrarios formando cuatro esquinas perfectas[9] en la que recorrían sincrónicamente soles y estrellas. Esto fue lo que soñé.

 
 Filoteo: Aunque esto no me parece del todo incomprensible, te ruego que prosigáis con tus palabras, pues pertenece a las cosas más oscuras que no se captan a primera vista y el misterio se ha manifestado ante nuestros ojos.

Machi: Después de tan extraños pensamientos al día siguiente camine hasta llegar a lo más alto del cerro y al contemplar la inmensidad de la naturaleza toda llena de árboles y praderas  que se extendía a lo largo del horizonte, pude descifrar mi sueño. Los dioses me han regalado en la noche el poder de observar desde arriba mi pronto centro, me han mostrado la luz (bien) y la oscuridad (mal) en un movimiento que viajaba circularmente desde el Este hasta el Norte en una continua elipse que todo lo rodea.

Fronéo: Dices que el mundo está dividido en dos grandes partes creando cuatro puntos sobre la tierra, mencionas que el movimiento de dicho cuerpo es circular y dices que este movimiento inicia en el lado Este de la tierra para finalizar en el Norte, según esto el sol viaja por el día de Este a Oeste y por la noche de Oeste a Este, es decir, por debajo de la tierra y contra las manecillas del reloj[10]

Machi: Te lo explicare, nuestra dualidad corresponde a un orden empírico y trascendental en el que cada punto de dicha división esta asociados a un orden jerárquico guiado respectivamente por la oposición del bien y del mal[11], este orden lo asociamos con la horizontalidad del espacio que permite a división del mundo. Por esta razón, creemos que cada movimiento nos revela el destino que se nos aproxima, pues bien, cuando estamos en el lado Este y nos desplazamos hacia Sur desciframos buena temporada de cosechas y fortuna, pero cuando su movimiento se orienta en el punto Oeste y Norte, la tempestad se asecha dejando daño y muerte para nuestro pueblo. Así fue que la naturaleza me hablo aquel día en la montaña, e inspirado  por el susurro de sus palabras dibuje los enigmáticos secretos.



                                            

 

 Filóteo: Nada puedo oponerme a esto después que me has envuelto en esta argumentación de tan exaltada inteligencia, nunca había yo escuchado a ningún hombre hablar algo tan único como esto,  nos has dicho que el movimiento del cosmos se asocia con los males y fortunas que tiene los hombres y mujeres a lo largo de sus vidas,  además que dicha teoría es sostenida por la experiencia empírica que tienen ustedes con la naturaleza; seriamente es algo nuevo para mí, pero aun así, me queda algunas dudas que no logro reparar, cree usted que el cosmos es infinito en su horizontalidad  y que todos los cuerpos celestes que giran a su alrededor se encuentran  animados por un principio llamado Universo.

Machi: Sí con infinito te refieres a lo terno y sagrado que no tiene medida pero sí un espacio, de acuerdo estoy con el razonamiento, para nosotros la tierra y el cosmos es una misma materialidad pues Las hojas son como la tierra. Igual como el campo. Así mismo creemos que todo estamos aquí, en un perfecto vínculo con la naturaleza que rodea cada parte de nuestra existencia. Justo ahora al escuchar mis palabras ha llegado a mi cabeza  las enseñanzas del Machi más anciano de nuestro pueblo, él nos hablaba así:

“En estas cuatro hojas creo de que todo hay. Cuando lo largan a uno, lo dan y allá está el embudo que los da, que nos mantiene a nosotros. Si hay un embudo que los da los granos, que lo’ da lo’ porotos, que lo’ da lo’ animales. Allá arriba creo que está todo. Allá arriba todo está en igualdad se encuentra un Mapu abundante, por eso tenemos que rogar arriba  para que aquí llegue… y los que viven aquí manejen el animal, maneje la herramienta para defenderse, manejen el Kimün ( sabiduría)  para que a uno le den una sabiduría necesaria : una herramienta para los males futuros”[12]

Fronéo: Ese anciano a quien recuerdas, habló así para ti indicando los cielos como un Edén que reserva las dichas pérdidas para los hombres, ese a quien tú has llamado con el nombre de Machi habla como un mensajero de Dios quien todo lo conoce quien todo lo ve, ¿es acaso un hombre o un ser de otro mundo? hablamos querido maestro, de ese arriba donde prosperidad y abundancia revela, dimos como es eso de vivir en armonía con el mundo.

Machi: Nací destinado a recibir todas sus enseñanzas,  recorrí por mucho tiempo junto a él las montañas y desiertos de todo mi territorio. En cada viaje la madre naturaleza dialogaba con nosotros y nos contaba dichosa sus más íntimos secretos, aprendí a comunicarme con seres que no habitan este mundo y  después de años de conocimientos ellos me hablaron por días así: “Antes del diluvio Mapuche, hubo otras humanidades a las que el divino maestro transmitió el conocimiento espiritual cuando acaeció la catástrofe cósmica algunos depositarios de esta tradición se refugiaron en la cima del monte Trengtreng y preservaron ese conocimiento, cuando las aguas bajaron ellos continuaron siendo depositario de este saber ellos son conocidos como los Machis.  Pero al trascurrir del tiempo que ya está próximo, tu pueblo empezará a degradarse (no por fruto de algún pecado original, sino por la simple ley natural de que: todo nace puro y a medida que se aleja de su origen se degrada, corrompe y finalmente muere)”[13]

Esas palabras bestiales y delirantes se han hecho realidad, vivo un sueño anunciado por los ancestros que como epifanías me han mostrado el futuro. Nuestro pueblo vive el ocaso de sus ídolos el planeta se ha detenido en el lado Oeste del cosmos y malas cosechas y muerte se expande por el camino, ahora lejos estoy de mi tierra y ausentes se encuentran mis dioses. Yo desperté un día hablando la lengua del enemigo y al deslumbrar el horizonte todo lleno de abundancia y calor, vi a lo lejos acercarse la muerte en grandes botes de madera todos llenos de hombres tan extraños como vosotros.

Un inmenso silencio se extendió por el lugar al finalizar las palabras el Machi, los dos filósofos enmudecidos quedaron al escuchar tan insólita revelación, sus rostros estaban inmóviles como sumidos en una  profunda reflexión. De momento se escucha el cabalgar de los caballos del ejército romano aproximarse. Entonces Filóteo sirve la última copa de vino a su invitado y dice:

Filóteo: Tus palabras han hecho que mi corazón altere sus movimientos, aunque la fascinación no me haya permitido captar plenamente vuestro espíritu. Por el rayo que emite me doy cuenta que dentro se esconde un sol o una luminaria más grande todavía, y que de hoy en adelante no con deseo de superar vuestra capacidad sino con el propósito de brindar explicación a vuestras palabras, volveré a interrogaros, si os dignaréis permitir de nuevo una reunión tantos días como fueren necesarios para oír y entender los suficiente para aquietar nuevamente mi espíritu por completo.[14]

  
Conclusión



El siguiente trabajo tuvo la finalidad de recuperar el estilo ensayístico del diálogo como mecanismos para resaltar desde la narración literaria las diferentes posturas que giran en torno a la pregunta por el cosmos. Hemos mostrado la dicotomía entre la filosofía aristotélica y la teoría bruniana, tomando como punto de discusión el problema por el infinito. Así mismo nos embarcamos por las corrientes cosmológicas del pueblo Mapuche para identificar similitudes y diferencias con el pensamiento renacentistas del siglo XVI, hemos situamos a la figura del Machi en un contexto medieval que nos permitió resaltar el carácter de realidad del personaje dentro del diálogo. Por último, consideró que un análisis como esté abre una útil perspectiva para repensar nuevamente la valides epistemológica de las creencias mítico-religiosas de nuestros pueblos originarios de América, siguiendo las palabras del poeta mexicano Octavio paz: “hoy más que nunca es preciso soñar con nuestros pueblos indígenas, soñar juntos sueños que se desensueñen y en la materialidad se encarnen en la palabra del verso” (1950, p.99), por lo tanto, cada parte del presente escrito fue una urdimbre de sueños que se fue tejiendo para acercarnos a la posibilidad de lo imposible.








[1] (Aristóteles, 1995, p.93)
[2]  (Bruno, 1981, p. 36)
[3]  (Schelling, 1985, p. 5)

[4] Este término lo toma Bruno para referirse al animismo del Universo
[5] También entendida como unidad cósmica que se compone de tres acciones que son: el hace, el querer y el pensar (2016)
[6][6] (Bruno, 1895, p. 10)
[7] (Schelling, 1985, p. 18)
[8] Aristóteles, 1995, p. 288
[9] De acuerdo con Mircea Eliade ( 1985) “La división del universo  en cuatro sectores corresponde a la división del universo en cuatro horizontes a partir de un punto central llamado Imago mundi 
[10] (Grebe, 1972, 4)
[11] (Grebe, 1972, p 7)
[12] (Grebe, 1972, p.10)
[13] (Aukanaw, La ciencia secreta de los mapuches, p.7)
[14] (Bruno, 1981, p.45)