A lo
lejos escucho la voz de un hombre decir: vecina, vecina, vecina…
Yo sigo
aquí encerrada en la habitación
Hace ya
tres días que no salgo,
tampoco
me bañado, no duermo, no leo, ni escribo.
Me he pasado
dando vueltas en el colchón que tengo tirado en el piso
Al
echar una mira a mí alrededor
me veo
rodeada de empaques de papas Ley´s,
hojas,
ropas y libros.
Hace
tres días que empecé a sentir el gusto por la nada
Nada
quiero, nada me importa, nada me alegra ni tampoco nada me entristece
No
deseo hablar con nadie, ni con mamá, ni con papá, ni mucho menos
con el
tipo, con el que he salido hace ya tres meses.
Mi
espíritu melancólico por fin ha tomado su lugar
y
dichoso se encuentra en dejar de luchar
Si
antaño la esperanza alguna vez alentó mi corazón
hoy me
resigno y me entrego a lo desconocido.
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Füssil. |