domingo, 25 de agosto de 2019

El gusto a la Nada


A lo lejos escucho la voz de un hombre decir: vecina, vecina, vecina…
Yo sigo encerrada en la habitación,
hace ya tres días que no salgo,
tampoco me bañado, no duermo, no leo ni escribo.

Me  he  paso dando vueltas en el colchón que tengo tirado en el piso,
al echar una mira a mí alrededor
me veo rodeada de empaques de papas Ley´s,
hojas, ropas y libros.

Hace tres días que empecé a sentir el gusto por la nada
Nada quiero, nada me importa, nada me alegra ni tampoco nada me entristece
No deseo hablar con nadie, ni con mamá, ni con papá, ni mucho menos 
con el tipo, con el que he salido hace  ya tres meses.

Mi espíritu melancólico por fin ha tomado su lugar
y dichoso se encuentra en dejar de luchar
Si antaño la esperanza alguna vez alentó mi corazón
hoy me resigno y me entrego a lo desconocido.



Füssil.