Sobre una tierra árida
poblada de negros gusanos
descienden como hojas secas
las plumas de mis alas
Ahora me encuentro sentado
entre miles de lápidas sin nombre
y en el más completo abandono
reluce a lo lejos
el candor de una estatua de mármol
el candor de una estatua de mármol
Me acercó a la bella dama
que como Venus coquetea
con la armonía de sus ojos
Y le dijo al oído:
mañana llenaré de besos la fina
cara de mármol
besaré la línea de tus labios
hasta llegar a la barbilla de tu delicado hoyuelo
y celebraré la unión con la muerte
Al finalizar la noche bajo
la mirada de la esbelta figura
destroce el mármol
de la tumba abandonada
y cargué entre mis brazos puñados
de plumas de mi amada
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